viernes, 12 de septiembre de 2014

- Discusión -


El necio discute para ganar una discusión; el sabio 
discute para buscar la verdad. 

El necio discute para imponer su opinión; el sabio 
discute para someterse a la verdad. 

Si discutes con el necio pierdes el tiempo, si 
discutes con el terco te irritas, si discutes con el 
soberbio recoges ofensas, si discutes con el sabio 
te acercas a la luz. 

De la discusión madura salen dos personas en 
comunión, aunque con distintas opiniones; de la 
discusión inmadura quedan dos personas lastimadas y 
ofendidas, 
aunque coincidan en sus opiniones. 

En toda discusión, más allá del tema discutido, 
están en juego: 
tu necesidad de dominar y someter al otro, tu 
honestidad para con la verdad. Y tu capacidad de 
aceptar y respetar al otro como otro, distinto de 
tí. 

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