Cuando conoces a tu primer amor, es tan maravilloso que hasta te olvidas de respirar, al menos te lo parece, mas si ese amor te acompaña hasta que llegas a la madurez de la vida, nunca desees otra cosa más grande porque no existe.
Estas sencillas palabras, que son tan profundas, solo serán entendidas por quien ha perdido en el amor, y en la madurez, aun busca enamorarse como la primera vez. Debemos de entender que la primera vez es única, no solo en el amor también en todo los sentidos y situaciones de la vida, el primer beso, la primera mirada, la primera vez que hacemos el amor, el primer hijo, el primer trabajo, etc.
Así hasta el último día, que es aquel en el que entendemos que la primera vez es única y la más importante de todas las veces, de todos los besos, de todas las miradas, de todas las veces que hagamos el amor, del segundo hijo, del segundo trabajo, etc.
La primera vez es especial e irrepetible, por eso es la primera vez. Mas nunca aun sabiéndolo debemos de dejar de pensar que besar, amar y trabajar no va ser como la primera vez, ya que esto se llama tener ilusión y sin ilusión, no podremos besar, amar, trabajar, en una palabra, vivir. Porque la primera vez es la ilusión de descubrir tan profundamente acciones de la vida, que te dejen sin respiración.
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